25/06/2019
Carlos Mateos es periodista, vicepresidente de la Asociación de Investigadores en eSalud (AIES) y director de COM SALUD, agencia de comunicación especializada en salud. Cuenta con 27 años de ejercicio profesional en la gestión del periodismo especializado en salud en diversos medios. Recientemente ha creado el Instituto #SaludsinBulos, que ya ha firmado varios convenios con otras organizaciones para combatir lo que ya se conoce como una lacra para la sanidad.
Carlos Mateos es periodista, vicepresidente de la Asociación de Investigadores en eSalud (AIES) y director de COM SALUD, agencia de comunicación especializada en salud. Cuenta con 27 años de ejercicio profesional en la gestión del periodismo especializado en salud en diversos medios. Recientemente ha creado el Instituto #SaludsinBulos, que ya ha firmado varios convenios con otras organizaciones para combatir lo que ya se conoce como una lacra para la sanidad.
La información se ha democratizado, con su parte positiva referida a que podemos acceder a muchísima información y cualquiera puede publicar, y su parte negativa, en la que tanta información satura, sin que se sepa distinguir la verdadera de la falsa, y por eso se llama infoxicación; y por otro lado, pueden tener el mismo nivel de difusión y de credibilidad aparente, un científico y un charlatán.
Involucrar a todos los actores vinculados a la salud en la transformación digital: profesionales sanitarios, pacientes, comunicadores, gestores, tecnólogos, etc.; capacitar en herramientas digitales; contribuir a una salud sin bulos.
El paciente sale beneficiado porque accede a mucha más información, a profesionales sanitarios sin salir de casa y a compartir experiencias con otros pacientes. Hay consecuencias negativas pero el balance beneficia a las positivas.
Es un paciente informado sobre las últimas novedades de su enfermedad, que se comunica con profesionales sanitarios y otros pacientes a través de herramientas digitales, y con formación sobre su enfermedad.
Las aplicaciones de salud pueden ayudar a los pacientes a conocer su enfermedad, a seguir el tratamiento, a comunicarse con los profesionales sanitarios y a llevar un registro de su patología, entre otras posibilidades. En el ámbito de la farmacia hay multitud de apps que permiten una mejor comunicación con el farmacéutico y para fomentar aquellas que facilitan información veraz sobre medicamentos hemos creado un reto en el Hackathon de Salud de este año.
Hay que comprobar quién está detrás de la aplicación, si es una entidad científica de peso o no, y si está actualizada.
Cuando los wearables se utilizan para diagnosticar o tratar son dispositivos médicos que deben pasar unos controles exhaustivos y un control médico. Sin embargo, la mayoría eluden esas pruebas alegando que sólo ofrecen orientación. En cualquier caso, en salud deben suponer una ayuda para la corresponsabilidad del paciente, no una sustitución del profesional sanitario.
Combatir los bulos de salud a través de la acción coordinada de profesionales sanitarios, pacientes y periodistas; formar a pacientes y profesionales sanitarios en el manejo de la desinformación; y apoyarse en la tecnología para detectar los bulos y ofrecer información veraz.
Hay bulos vinculados a excipientes, a los que se les atribuyen propiedades de principio activo, como ya ocurrió con el Dalsy hace un par de años; otros a desabastecimientos, en los que abundan las teorías conspiranoicas; y muchos sobre las vacunas, a las que se relaciona con autismo y otras muchas enfermedades, sin fundamento.
Estamos ya colaborando en la desactivación de bulos vinculados a la farmacia pero nuestro próximo paso será la formación de los farmacéuticos para que sepan orientar a los pacientes que les lleguen con bulos a la farmacia.
Debe poder orientar al paciente cuando le venga con una cuestión de salud fruto de una mala información, como ya hace cuando le consulta cualquier duda. Y esa orientación debe ser de palabra pero también de prescripción de webs y aplicaciones e incluso extenderse en el ámbito digital.
La Administración tiene un problema serio en la comunicación de medicamentos. Los bulos sobre ellos se extienden sin que las comunicaciones de la Agencia del Medicamento lleguen a calar a la población. Estamos hablando con ella para ayudarles a combatir la desinformación.
Ya está ocurriendo, hay pacientes que abandonan la medicación que les ha prescrito el médico porque creen que existen alternativas más naturales y eficaces o porque les han convencido de que los medicamentos no curan. Es un problema grave al que hay que responder desde todos los ámbitos.
Que existe un virus llamado Machupo en el paracetamol, que las vacunas son peligrosas, etc.
Clickbait o contenidos alarmistas, progresiva reducción de la lectura de noticias a los titulares, la extensión de las redes sociales… Háblenos de ellos y de otras causas que han contribuido al incremento de los bulos en internet.
Las páginas web viven de la publicidad y ésta depende de las visitas. A cuantas más visitas, más ingresos. Hay medios de comunicación que hacen titulares alarmistas para conseguir atraer el interés de los lectores, aunque la información en el interior esté contrastada. Sin embargo la mayoría de las lecturas se quedan en el titular y en la foto, es lo que se reproduce en redes y eso crea estados de alarma. Otros portales directamente se inventan la noticia.
El ámbito de la Pediatría es también un campo en el que surgen muchas desinformaciones, mitos, falsas creencias y bulos. Recientemente hemos conocido que #SaludsinBulos trabajará con la SEPAP y la SEUP para acabar con los bulos en Pediatría. Cuál es el papel de los influencers en Pediatría, por ejemplo, de Lucía mi Pediatra, una de las embajadoras de #SaludsinBulos.
En el ámbito de la salud han surgido en los últimos años una serie de profesionales sanitarios que saben divulgar muy bien y que logran que sus publicaciones sean leídas por miles de personas. Algunos de los más importantes forman parte de la comunidad de #SaludsinBulos, como Lucía Galán, Marián García, Héctor Castiñeira y Sergio Vañó, que son nuestros embajadores y nos representan en diferentes eventos. En pediatría existen varios, que tuvimos en la jornada de #MeningitissinBulos, y que son referentes para los padres, que no se conforman con lo que les dice el médico en la consulta y quieren saber más y en todo momento a través de las redes sociales.
Los antivacunas se aprovechan de varios factores: el desconocimiento científico, la ignorancia que existe entre la población sobre los componentes de las vacunas, y el miedo, en este caso a los efectos secundarios. Aunque haya habido un caso aislado de efectos secundarios graves entre cientos de miles es utilizado por los antivacunas para hablar de los peligros de la vacunación. Por otro lado, a quienes les gustan las teorías conspiratorias les puede encajar la hipótesis de que existe un complot de la industria farmacéutica y los gobiernos para prsecribir vacunas sin necesitarlas.
Cuando un hábito perjudicial está extendido entre la población y surge un bulo sobre un posible beneficio en la salud prende como la pólvora, porque es la excusa que muchos necesitan para seguir excediéndose. Es lo que ocurre con el alcohol y la marihuana. En el caso del vino está extendida la creencia de que un poco es bueno, a pesar de los estudios dicen lo contrario. Si a eso le unimos la presencia de lobbies que tratan de demostrar su bondad y gastan fortunas en anunciarse, como en el caso de la cerveza tenemos un caldo de cultivo para los bulos del que es difícil librarse. Con la colaboración de Socidrogalcohol estamos difundiendo que el alcohol y las drogas son perjudiciales para la salud pero hacen falta más apoyos.
Desde #SaludsinBulos contamos con la colaboración de 40 sociedades científicas y colegios profesionales que desmontan los bulos y nos ayudan a difundirlos. Creemos que la formación a pacientes es básica para que confíen en su profesional sanitario y no difundan bulos y en el caso de los profesionales deben estar entrenados para orientar a los pacientes en páginas fiables y desmontar esos bulos.
Si nosotros sin financiación hemos conseguido unir a profesionales sanitarios, pacientes, comunicadores, tecnológicas y gestores, generar consensos, realizar campañas, formar y crear chatbots, ¿qué no puede hacer la Administración? En cada uno de estos ámbitos podría actuar: coordinación, campañas, consensos, formación y tecnología para detectar y combatir los bulos. Ya estamos en contacto con el Ministerio de Sanidad para colaborar.
La gran mayoría de los participantes considera que los profesionales sanitarios han de asesorar a los pacientes sobre los contenidos web más fiables y que debería estar penalizada la difusión de contenidos de salud que perjudiquen a los pacientes. Hay casi unanimidad en que debería haber en los navegadores indicadores de fiabilidad del contenido de las páginas web de salud. También coinciden en que es necesario que los profesionales sanitarios hagan una labor más didáctica y empática al transmitir información a los enfermos.
Los mensajes de Whatsapp vienen de fuentes de confianza y por eso son tan peligrosos, porque nos creemos lo que nos cuentan. Además, como en el caso de las redes sociales, se propagan rápidamente.
Es imposible sancionarlo porque choca con la libertad de expresión y con la universalidad de internet. La única manera de combatirlo es lo que estamos haciendo en #SaludsinBulos: señalando los bulos de manera coordinada, educando y apoyándonos en la tecnología.
A orientar al paciente en contenidos de calidad, a explicarle porqué es un bulo, y a colaborar con otros profesionales sanitarios en esta tarea.
Cada uno debemos responsabilizarnos sobre la información veraz desde nuestro papel: los profesionales orientando a los pacientes, los comunicadores informando con rigor sin caer en el sensacionalismo, los pacientes informándose de fuentes contrastadas, las autoridades ayudando en esta tarea, los tecnólogos contribuyendo a generar alertas sobre informaciones falsas y facilitando herramientas para divulgar. A corto plazo el reto es concienciarnos sobe los peligros de los bulos de salud y unir esfuerzos, que es en lo que llevamos más de un año en #SaludsinBulos; a medio y largo plazo educar para saber distinguir la información falsa y destacar la veraz, y presionar a las grandes compañías de internet para que nos ayuden en esta labor.